Victor Peterle | 26 de Noviembre del 2019 a las 09:52:37
La Pascua era para san Agustín la fiesta de la vida. El creyente está llamado a morir a su vida de pecado, para resucitar con Cristo a una vida nueva, a una vida plena. Por eso señala san Agustín en uno de sus sermones de Pascua, que es preciso morir al hombre viejo y al pecado, para poder vivir en Cristo, y solo de esta manera cuando llegue la muerte corporal, podremos verdaderamente vivir con Dios: “Creíste y te has bautizado: murió la vida antigua, recibió la muerte en la cruz, fue sepultada en el bautismo. Ha sido sepultada la vida antigua, en la que viviste mal; resucite la nueva. Vive bien; vive para vivir; vive de manera que, cuando mueras, no mueras” (s. 229 E, 3).
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